En lo profesional, un reto constante. Cuando una compañía se considera líder en un sector, como es nuestro caso, todos los que trabajamos en ella tenemos la obligación de mantenerla como referencia.

Y para ello es imprescindible pensar permanente en cómo mejorar, en cómo ofrecer los mejores productos y servicios, en anticiparnos a las necesidades de nuestros clientes y en desarrollar las soluciones óptimas para satisfacerlas.

 

Sin duda. El núcleo de la actividad en lo que me compete sigue siendo el mismo: montar y mantener ascensores y escaleras con la máxima seguridad, calidad y eficiencia. Pero las herramientas para lograr este objetivo han evolucionado enormemente. Los grandes avances en los productos han sido por supuesto claves en el cambio. Pero en paralelo, los procedimientos de trabajo y de gestión que se han ido desarrollando han permitido llevar los resultados en estas áreas a niveles difíciles de imaginar hace algunos años. Y seguimos mejorándolos constantemente, por lo que sabemos que aún hay camino por recorrer.

 

La herramienta es nuestro Sistema de Gestión de Seguridad, Salud y Medio Ambiente. Pero la clave es el convencimiento y compromiso con la Seguridad de todos y cada uno de los que integramos esta compañía, en todos los niveles. Y cuando las personas se comprometen asumen los objetivos como propios, afrontan los retos necesarios para alcanzarlos, e integran las acciones correspondientes como parte habitual de su actividad. Y entonces el sistema funciona.

 

Lo primero y más importante es compartir que en lo referente a la seguridad todos somos responsables. Cada trabajador lo es de la suya propia, de la de sus compañeros, y de la de nuestros clientes. El papel de los responsables es esencialmente de motor y soporte hacia aquellos que les reportan: Como motor, aplicando las herramientas del Sistema de Gestión para garantizar la máxima seguridad. Como soporte, facilitando la formación necesaria para trabajar con seguridad, asegurando que se dispone de los medios necesarios para ejecutarlos, analizando cualquier incidente y desarrollando las acciones oportunas para evitar su repetición, priorizando la seguridad frente a cualquier otro objetivo. En definitiva, demostrando con su actitud y actuaciones su compromiso inequívoco con la seguridad.

 

Esencialmente desarrollando, implantando y mejorando continuamente todo el conjunto de actuaciones que nos han permitido alcanzar un nivel de accidentabilidad muy inferior que el de sectores similares al nuestro, 7 veces mejor que el sector industrial y 10 veces mejor que el sector de la construcción, según datos oficiales publicados por el INSHT. Y por supuesto, aprovechando cualquier oportunidad para hacer visibles estos logros, participando en todos los eventos a los que se nos invita para compartir experiencias y buenas prácticas, colaborando con distintas organizaciones en acciones formativas y de divulgación, asesorando en el desarrollo de normativa para la mejora de la seguridad de instalaciones y procesos, promoviendo campañas de comunicación, etc. Estamos orgullosos de lo que hemos conseguido, y queremos compartirlo.

 

Por un lado, hay diferencias en cuanto a la estructura de la norma, que pasa a ser lo que técnicamente se denomina de alto nivel, y que en resumen sirve para alinearla con el resto de normas ISO en cuanto a estructura del contenido, terminología, consideración del ciclo de mejora continua, gestión por procesos, etc. Además, introduce nuevas áreas que es necesario contemplar, como el análisis del contexto de la organización y los factores internos y externos que pueden suponer riesgos para la misma (y que por lo tanto hay que evaluar y gestionar), la gestión de las oportunidades para conseguir los resultados, etc. Nuestro Sistema de Gestión de la Seguridad, Salud y Medio Ambiente ya está adaptado a esa estructura de alto nivel porque es la misma que la de las normas ISO14001 e ISO50001 respecto a las cuales ya estamos certificados. Por lo tanto, solo se necesitan pequeñas modificaciones para considerar algunos de los nuevos conceptos y escenarios. Modificaciones que no van a tener apenas impacto en la forma de actuar de los responsables de la gestión de la seguridad en ninguno de los niveles, como tampoco en el día a día de los trabajadores.

 

Es esencialmente una cuestión de formación, soporte y comunicación. Formación en la identificación de peligros, la evaluación de los riesgos, y las medidas preventivas para eliminarlos o controlarlos. Soporte de los trabajadores ante cualquier duda, necesidad o situación de conflicto que potencialmente pueda afectar a la seguridad. Comunicación de los incidentes, de las causas, lecciones aprendidas y acciones para evitar su repetición. Y en todo ello es clave el papel de las personas con trabajadores a su cargo, tanto desarrollando estas actividades como, sobre todo, demostrando constantemente con su actitud y ejemplo su apuesta decidida con la Seguridad. Si sabemos que para nuestro jefe no hay otra opción que cumplir las normas no queda margen para que los demás no lo hagamos.

 

De los siguientes conceptos, liderazgo, formación, comunicación, participación, reconocimiento y medición del desempeño, cite por orden de importancia su aplicación en Otis en aras de lograr una empresa saludable y segura.

No podemos hablar de orden de importancia. Son una secuencia en el proceso de implantación que se realimenta.

 

Lo hemos comentado: cuando los responsables muestran con sus actuaciones su convencimiento y compromiso, ejercen un liderazgo efectivo de la seguridad hacia su equipo. Liderazgo que se concreta en la capacitación y formación de los integrantes del mismo, en promover la comunicación y participación en la mejora de los procesos y la solución de los problemas. Liderazgo que por supuesto debe reconocer los logros, reconducir las desviaciones, y medir los resultados para identificar las debilidades a compensar y nuevas oportunidades de mejora. Y en base a ello, establecimiento de las acciones necesarias para reforzar el sistema y realimentación del proceso.

 

Sin duda en obra de construcción, donde las condiciones pueden variar en un instante por la propia dinámica de la obra, con multitud de gremios diferentes trabajando de forma simultánea que introducen factores de riesgo añadido a los de nuestra actividad.

Pero en absoluto se deben infravalorar los que pueden darse en mantenimiento, donde aunque las situaciones puedan parecer más controladas, cualquier descuido o incumplimiento de una medida de seguridad puede tener consecuencias muy graves. Por eso hay que respetar siempre las normas y nunca bajar la guardia.

 

Por supuesto. A nivel técnico es clave identificar las necesidades individuales de cada trabajador, lo que permite facilitarle la formación específica para que pueda realizar su trabajo correctamente. Esto es además clave para su seguridad. No se pueden controlar adecuadamente los riesgos de un trabajo para el que no se está bien formado.

Un segundo escenario también individual deriva de las observaciones en las auditorías.

Defendemos el carácter formativo de las mismas porque son probablemente la mejor oportunidad para identificar detalles concretos que deben reforzarse.

Y no hay mejor momento para hacerlo que inmediatamente después de identificados.

Y además, a nivel colectivo todos los trabajadores reciben formación de seguridad adaptada a los riesgos de su actividad, con refrescos mensuales que se programan en función de los análisis de incidentes, observaciones de visitas a instalaciones, actualizaciones de procedimientos, etc. 

 

Hace años iniciamos un camino con los sistemas de comunicación remota que permiten a personal experto conectarse a distancia con los equipos, y analizar la información clave para prevenir averías o incluso en algunos casos resolverlas sin necesidad de desplazar a un técnico. Y ahora estamos inmersos en una auténtica revolución digital, implantando dispositivos móviles de última generación para todos los técnicos con aplicaciones específicamente

desarrolladas para facilitarles la organización del trabajo, el acceso a toda la información y herramientas que puedan necesitar para realizarlo, etc. Todo ello redunda en una más rápida y efectiva atención de las necesidades de nuestros clientes, con una mayor eficiencia y calidad

de los trabajos de mantenimiento.

 

Las reparaciones han cambiado mucho, tanto como lo han hecho los componentes para realizarlas. Actualmente se dispone de soluciones tecnológicas que permiten actualizar los equipos y mejorar sus prestaciones de forma sorprendente, casi equiparándolas a los de nueva instalación. Y por supuesto, los procedimientos de trabajo se han adaptado para conseguir realizarlas con el menor impacto posible para nuestros clientes.

 

Sin duda, las personas que la integran. Las empresas son la suma de todos y cada uno de sus trabajadores, de su esfuerzo, de su compromiso, de su capacidad de colaboración y afán de superación, de su búsqueda de la excelencia. Y en Otis estamos en un gran nivel a este respecto. No dudo de que lo mismo seguramente se podrá encontrar en muchas otras empresas, pero tampoco tengo ninguna duda de que ésta es una de las mejores en las que se puede trabajar. Ésta es una de las mejores empresas en las que se puede trabajar.